jueves, 23 de junio de 2011

Un proceso que no desilusiona

The process of disillusion es el nombre de la primera placa discográfica del duo argentino de Trip Hop Lêndi Vexer. A lo largo de los trece temas que presentan se respira un cierto aire que algunos simplemente califican como “internacional”, sin notar el mensaje de protesta social, bien argento, escondido en las letras. La protesta se aleja del folk y del rock para explorar nuevos géneros.
Una muñeca observa desde la tapa con los ojos muertos sobre un fondo negro; en la contratapa, bajo las fotos icónicamente católicas y varios pares de botas. una frase en inglés empieza a aclarar el panorama: “no puedo creer en nada […] entonces el proceso de la desilusión ha empezado”
El disco arranca con el tema 11 de octubre, donde las bases distraen de las palabras de un miembro de la Comunidad Toba conmemorando los 514 años desde que el hombre indígena dio su último grito de libertad. Fragmentos de 1984 se escuchan de fondo en el tema A boot doesn’t ask, just trample. Para llegar al proceso de la desilusión - noveno tema –  pasamos un largo trecho en el que el oyente se distrajo nuevamente con la melodiosa voz y el excelente sonido, y generalmente queda intrigado cuando escucha que esta chica se enoja y dice abiertamente que no puede creer en nada, que está desilusionada con este mundo donde los torturadores son perdonados por el más dictador más poderoso.


El sonido clásico del Trip Hop del Bristol de los 90 los ubica entre las mejores bandas de este género y el disco reconocido como uno de los mejores lanzamientos del año en la cultura under latinoamericano. La poderosa voz de la guitarrista, violinista, cellista, incluso, thereminista, Natalie Naveira encaja perfectamente en los cánones del estilo. Las programaciones, bajos, teclados y moog quedan en manos de Diego Guiñazú.-

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