miércoles, 22 de junio de 2011

Todo tiene su lugar



En el oeste está el agite, predijo Divididos y en Los Bolos de Hurlingham tiene su lugar. Ubicado en la calle Pedro de Mendoza, y luego de mucho tiempo de inactividad, resurgió, sobre la vieja cancha de bolos, no para brindar la típica comida alemana que lo caracterizó, sino para albergar la buena música: la local y la que entusiasma.


Interior actual de Los Bolos de Hurlingham

Para sus dueños las actividades que se realizan en el lugar, consiste en implementar lo que ellos llaman "a puerta abierta", brindando a las bandas locales la posibilidad de tocar y beneficiar así a los clientes sin cobrar entrada.
El bar se caracteriza no sólo por su historia en el distrito si no también por sus cualidades estéticas: hay desde una piernas de maniquí que sostienen el sonido, esculturas distribuidas en el salón y pinturas que recorren las paredes laterales dando color y calidez a las actuaciones de las bandas que se presentan todos los viernes y sábados desde las 21hs.


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